Cuando donamos nuestra ropa vieja a puntos de recogida cercanos a nosotros, nos resulta imposible imaginar que la mayoría de ella no acabará reutilizada por familias necesitadas o revendida en tiendas de segunda mano. De hecho, en Francia, sólo el 3% de la ropa recogida se reutiliza y el 54% se exporta a África. Así, nuestra ropa es encontrada, vendida y explotada a miles de euros la tonelada en beneficio de grandes intermediarios.
Una vez llegadas a África, nuestra ropa se vende por fardos por unos cien euros a pequeños vendedores locales que no saben lo que contiene el fardo que acaban de comprar. Desafortunadamente, con el paso de los años la calidad de la ropa que reciben se ha deteriorado significativamente debido al fenómeno de la moda rápida y hoy el 40% termina siendo arrojada a vertederos a cielo abierto, lo que contamina la vida silvestre y la flora local.
Aquí es donde entra Valoops. Para combatir este negocio textil que es extremadamente perjudicial para el medio ambiente y reducir la proporción de prendas que terminan sin tratar, compramos material textil en forma de fibra para reutilizarlo como materia prima para nuestros productos. Esto nos permite reciclar verdaderamente nuestra ropa, de forma sostenible y ética.
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